Hemos sido claros en anteriores notas, que el campo de juego del Estadio Siles con sus dimensiones de 110 metros de largo por 68 de ancho, se encuentra dentro las medidas reglamentarias de 120 por 90 como máximo y 90 por 60 metros como mínimo, aprobada por la International Board que reglamenta técnicamente la actividad de la FIFA, por lo tanto la cancha es completamente reglamentaria.
Ahora bien. El Estadio Siles tiene actualmente capacidad para 41.090 espectadores para 2.000.000 de habitantes entre la hoyada y El Alto, haciendo una comparación simplemente con Lima, capital del Perú que tiene 10.000.000 de habitantes, el Estadio Nacional tiene capacidad para 55.000.00, siendo el segundo más moderno de Sud América que se llenó después de diez años, cuando se clasificó su selección para el Mundial el pasado año, mientras el nuestro en el clásico para la clasificación de Bolívar para campeón, ingresaron 34.500 aficionados. En síntesis nuestro Estadio no requiere, mientras no exista otro estadio para jugar el campeonato liguero, copas Libertadores de América y Sudamericanas y Eliminatorias para las Eliminatorias Mundial Qatar 2022, de su demolición, eso sí de remodelación de camarines, el circuito al ingreso al campo de juego, la ampliación de las casetas de transmisión y actualización de tecnología. El anuncio del proyecto de demolición de nuestro principal escenario deportivo, a lo único que condujo fue a perjudicar a varias disciplinas al haberse suspendido el colocado de la pista de tartán, que como están las cosas NO SE VA A TOCAR EL ESTADIO HERNANDO SILES por los múltiples trámites legales que tendrían que realizarse, al no estar el mismo bajo la tuición del Gobierno Central y sí de la Gobernación de La Paz, dada a la vigencia de la Ley de Descentralización promulgada por el Excelentísimo Presidente de la República, Víctor Paz Estenssoro, gestión discontinuada en sometimiento a la Constitución Política del Estado, al margen de que los planos no tienen aprobación del Gobierno Autónomo Municipal que tiene proyectado iniciar obras a corto plazo de la construcción en la plaza del estadio de cientos de estacionamientos vehiculares subterráneos. Entonces procedamos al colocado de la pista para que retornen los atletas a sus prácticas para futuros eventos internacionales que se avecinan y decirle al propietario del Club Bolívar que antes de iniciar obras civiles no aprobadas en terreno ajeno como pretendía en el del Siles , construya su Estadio en el potrero que tiene por la vergüenza que representó al ver en cadenas internacionales la vuelta oIímpica de su equipo con espectadores sentados en sillas de plástico cual se tratara de una entrada folklórica.
Creo que debemos iniciar de inmediato una cruzada con las Asociaciones de Atletismo y otras perjudicadas por este desubicado proyecto de demolición y exigir a la Gobernación el inmediato colocando de la pista de tartán, porque del Siles no se va a tocar ni una sola piedra sin ser consensuada por los interesados ( Asociaciones y clubes profesionales) y no como las leyes del país que se fabrican “entre gallos y medianoche” y la aprueban los levanta manos que no saben ni la definición de lo que es Ley.
Dr. Edgar Linares Mariscal, fundador y ex asesor legal de Fabol
Es un proyecto que aun no esta aprobado y por consiguiente el despotricar contra algo que no es seguro refleja la clásica vision miope de los mal llamados "dirigentes de fútbol" Que hicieron Uds. en esta y la pasada década por el fútbol Boliviano si no aprovecharse y vivir de el??? por si acaso ese potrero del que habla es la mejor cancha del país es por eso del mejor equipo de Bolivia. El solo hecho de modernizar el Siles nos abre grandes perspectivas en lo económico y turístico a mediano y largo plazo consolidando una inversion tecnológica y arquitectónica que hará entrar a Bolivia al standard del fútbol mundial cosa que seguramente es chino para Uds. (los dirigentuchos)que no tienen la mas mínima idea de lo que es planificación, gestión o inversiones. es hora de hacerse a un lado y dejar la mamadera que la ciudadanía ya se dio cuenta de la tristemente celebre banda de maleantes que maneja nuestro fútbol.
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