El partido es el primero de dos que debe jugar en Austria, en el marco de un convenio con la empresa Eurodata, que es la encargada de organizar estos encuentros.
Corea está clasificada al Mundial de Rusia, que arranca este jueves, por lo que el lance de ayer fue el último antes de la cita mundialista.
El equipo nacional se dedicó a aguantar durante todo el partido y solo llegó al arco contrario en una oportunidad, con potente remate de Jhasmany Campos, a los 31 minutos del primer tiempo. Luego, lo suyo fue de bastante sacrificio, ante un equipo fuerte que por momentos fue mal intencionado y que mostró estar bien preparado en la parte física. Por eso, en determinado lapso del encuentro, hubo algún roce de nacionales y coreanos que no llegó a mayores.
Carlos Emilio Lampe se erigió en la figura de Bolivia, ya que sus contenciones contribuyeron para que el arco nacional se mantenga en cero.
En el primer tiempo, el lungo atacante coreano Kim Shinwook, con su metro y noventa centímetros, causó más de un problema a los centrales nacionales, Ronald Raldes y Luis Haquín, quienes no lo pudieron frenar. De cabeza y por abajo, el coreano tuvo a mal traer al golero Lampe que frenó las opciones que generó en al menos cuatro oportunidades.
Los coreanos también atacaron por los costados, tanto Sagredo como Áñez tuvieron problemas para contener a sus adversarios. Pese a la superioridad, se vio a Corea como un equipo de poca fuerza ofensiva y a ratos bastante inocente.
En la segunda parte, el elenco nacional se animó un poco más, intentó subir con Jhasmani, Saavedra y el “Conejo” pero careció de la fuerza ofensiva necesaria, porque no encontraron los circuitos futbolísticos adecuados.
En esa fracción de tiempo, el “gigante” Kim fue frenado por Haquín y Raldes, quienes corrigieron algunos errores y estuvieron más solventes.
Sobre el final se fue con todo Corea, Bolivia se defendió como pudo y se mantuvo el arco en cero. Lampe pudo imponerse con algunas intervenciones, además llamando la atención a sus compañeros. Se produjo varios cambios en ambos equipos, pero en Bolivia no incidió para nada el ingreso de Luis Alí, Leonardo Vaca, Ronaldo Sánchez, Rodrigo Rodríguez, José Vargas y Juan Ribera. Estaba claro sus intenciones, de aguantar el cero.
Los coreanos quedaron un poco disconformes, mientras los nacionales terminaron extenuados, un partido desfavorable de principio a fin, por las condiciones de trabajo que tuvo antes de este lance.
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